eso de extrañar...
a mis apenas seis años de edad, me separé de todo mi mundo: abuelos paternos, escuela, amigos, ciudad... para mí fué algo terrible... no lo podía creer... recuerdo haber llorado y cuando recibí la noticia... tenía yo noción de la distribución geográfica del país y creo haber entendido a donde íbamos... era lejos... crecí y me formé por 10 años en una ciudad en la que no teníamos a nadie más... éramos la familia nuclear y yo... me acostumbré a extrañar al resto de la familia... era normal querer verlos... era normal separarnos una vez que los veía... después fue un ir y venir de todos los que conformamos ese núcleo... el hecho es que llega un punto en que te haces inmune a extrañar... no es que no extrañes... pero vives con eso... si uno crece acostumbrado a extrañar... es bastante factible que no necesite sustituir lo que no extraño... si no necesitas... no hay prisa...