Para mis amigos
Nos unió una zona geográfica. Un parque, una época. Circunstancial pero inevitable. Como la familia: no la eliges, pero se vuelve parte de ti. El tiempo hace lo suyo. Se tardó. La entropía se tardó. Cada quien tomó su rumbo, como debe ser. Y aun así, creo que lo nuestro dio mucho más que el promedio. Y sigue dando. Sigue dando. Me pasa como con mis hermanos: los veo poco, hablo poco, pero cuando nos encontramos, se siente como siempre. Como si nada hubiera cambiado. Me río, me siento bien, y me acuerdo que es bueno tener cerca a más gente que quieres. Una llamada, una comida, un café, una carne asada con la racita… es otra cosa. Aunque uno conozca gente nueva, tal vez con intereses similares en esta etapa de la vida, no es lo mismo. Se platica bien. Pero no es lo mismo. Con ustedes no necesito contexto. No tengo que explicar nada. Hay una complicidad que siempre estuvo ahí. Fueron años que nos formaron. Parece poquito, pero es mucho. Los quiero mucho. Me da gusto verlos seguir, crecer,...