No olvides que...
Estamos aquí de paso. Tuvimos la suerte de nacer y somos únicos e irrepetibles.
Cada segundo no volverá. Es importante disfrutar cada segundo.
Tengo suerte de estar aquí, de ser quien soy y de hacer lo que quiero.
El simple hecho de saber que algún día la vida se va a terminar, me hace disfrutarla más.
Soy feliz y siempre he sido feliz; tengo suerte. No logro entender cómo hay gente que tiene mucho y no lo disfruta; supongo que no se han dado cuenta de lo maravilloso que es estar aquí.
Me gusta mi vida y me gusta que existe un futuro lleno de oportunidades; un mañana lleno de oportunidades.
Algún día no habrá un mañana, y quiero sentirme ese día agradecido y satisfecho; más aún que hoy.
Dado que nuestro paso por el mundo es una nada comparado con los millones de vidas que han pasado por la tierra, se me ocurren dos cosas: mi vida realmente no importa y puedo hacer lo que sea, ó, hay que hacer que mi vida importe y que mi paso por el mundo haga otras vidas mejores (aún cuando yo ya no esté aquí). Me gusta la segunda.
Hay y habrá más vidas, únicas e irrepetibles, y me siento responsable de hacerlas mejores. De lo contrario... ¿para qué estar aquí?
Me gusta pensar en lo que conozco, y me frustra no saber lo que desconozco. Me queda claro que hay un Dios, estoy seguro. Lo sé y lo siento. Es bueno y más cuando soy bueno.
Entiendo que haya gente no creyente, porque no lo sienten. No lo sienten porque no lo buscan.
Sé además que la felicidad está en uno mismo. La salud mental.
Estoy aquí... gracias a Dios.
Cada segundo no volverá. Es importante disfrutar cada segundo.
Tengo suerte de estar aquí, de ser quien soy y de hacer lo que quiero.
El simple hecho de saber que algún día la vida se va a terminar, me hace disfrutarla más.
Soy feliz y siempre he sido feliz; tengo suerte. No logro entender cómo hay gente que tiene mucho y no lo disfruta; supongo que no se han dado cuenta de lo maravilloso que es estar aquí.
Me gusta mi vida y me gusta que existe un futuro lleno de oportunidades; un mañana lleno de oportunidades.
Algún día no habrá un mañana, y quiero sentirme ese día agradecido y satisfecho; más aún que hoy.
Dado que nuestro paso por el mundo es una nada comparado con los millones de vidas que han pasado por la tierra, se me ocurren dos cosas: mi vida realmente no importa y puedo hacer lo que sea, ó, hay que hacer que mi vida importe y que mi paso por el mundo haga otras vidas mejores (aún cuando yo ya no esté aquí). Me gusta la segunda.
Hay y habrá más vidas, únicas e irrepetibles, y me siento responsable de hacerlas mejores. De lo contrario... ¿para qué estar aquí?
Me gusta pensar en lo que conozco, y me frustra no saber lo que desconozco. Me queda claro que hay un Dios, estoy seguro. Lo sé y lo siento. Es bueno y más cuando soy bueno.
Entiendo que haya gente no creyente, porque no lo sienten. No lo sienten porque no lo buscan.
Sé además que la felicidad está en uno mismo. La salud mental.
Estoy aquí... gracias a Dios.
Comentarios